¿Cómo saber si tienes piojos?

Lo más común es que, antes de revisar la cabeza de tu hijo y encontrar piojos en su cuero cabelludo, haya alguna señal que te haga sospechar la presencia de los parásitos. Observar cómo el niño se rasca la cabeza insistentemente suele ser ese síntoma, aunque como veremos, no siempre aparece al principio del proceso de infestación, e incluso puede no darse en algunos casos. Por eso no se trata de una alarma fiable para alertarnos de la pediculosis.

¿Por qué los piojos provocan picor en la cabeza?

El picor en una cabeza infestada de piojos tiene una causa concreta. Cuando el parásito pica a su huésped para extraerle la sangre, segrega una saliva que genera la respuesta del organismo de la persona afectada. Esa respuesta es una reacción alérgica cuya manifestación más clara es el picor.

Pero, como ya hemos adelantado, no es buena idea esperar a ese momento. Con dedicar algunos minutos a una simple rutina de revisión de forma regular, podrás detectar los piojos en la cabeza de tu hijo al comienzo de la infestación, y será más sencillo tratarlos y eliminarlos completamente. Quizá te parezca que no hay demasiada diferencia entre descubrir la pediculosis un poco antes o un poco después, y que por tanto no compensa tomarse la molestia de echar una ojeada semanal. Pero debes tener en cuenta un par de cosas importantes:

Primero, que no todas las pieles ni todos los niños reaccionan del mismo modo a la saliva del parásito. Eso significa que el picor aparecerá inmediatamente en algunos casos, tardará en aparecer en otros casos y en algunas personas no aparecerá este síntoma. En ese período de tiempo, los piojos habrán puesto centenares de liendres que estarán prendidas al cabello de tu hijo cuando se empiece a percibir el picor.

Cómo detectar piojos

La inspección semanal, la medida más eficaz para detectar piojos

Sacar un ratito a la semana para examinar el cuero cabelludo de tus hijos es, sin duda, la mejor forma de descubrir la presencia de piojos cuanto antes. Pero no resulta aconsejable una simple inspección visual porque es muy fácil que tu vista te engañe.

Además de los piojos adultos, que a menudo no miden más que un par de milímetros, están las ninfas, o piojos jóvenes. Estas son aún más pequeñas y no han adquirido todavía el color oscuro que caracteriza a los parásitos ya crecidos, por lo que pueden pasar desapercibidas con facilidad. También están las liendres o huevos del piojo, cuyo aspecto es el de diminutos granos que, una vez vacíos, toman un tono blanquecino que las asemeja mucho a la caspa.

Teniendo en cuenta todos esos factores, resulta demasiado optimista creer que a simple vista se pueden apreciar piojos adultos y ninfas, y distinguir las liendres de la caspa. Así que en la revisión semanal hay que emplear un peine de detección que nos ayude a descubrir los piojos, y tener en cuenta que los insectos suelen vivir cerca del cuero cabelludo. La mínima separación de las púas del peine y su color claro facilitarán la detección de los parásitos en la cabeza del niño.

Protege a tus hijos de los piojos en los momentos de mayor riesgo

El riesgo de infestación existe en todos los meses del año, pero lo cierto es que aumenta significativamente en momentos o circunstancias concretas. Los piojos y la vuelta al cole suelen ir unidos, y los campamentos de verano son también un entorno muy favorable para que los insectos cambien de huésped y se multipliquen con rapidez. Incluso ante situaciones como las fiestas de cumpleaños, en las que muchos niños van a estar en contacto estrecho durante varias horas, es conveniente tomar precauciones.

La más cómoda, práctica y efectiva de esas medidas de prevención es Neositrín Protect, que repele a los piojos y elimina a aquellos parásitos que lleguen al cuero cabelludo, con lo que la proliferación queda atajada desde el primer momento. Neositrín Protect también resulta útil para hacer más sencillo el examen de la cabeza de los niños, desenredando su cabello antes de pasar el peine de detección.

Como ves, hay opciones mucho mejores que simplemente no hacer nada hasta saber que tu hijo tiene piojos.