¿Qué es la pediculosis?

La denominación técnica de la infestación de piojos

Pediculosis es la denominación técnica de lo que vulgarmente conocemos como tener piojos. Así a bote pronto, la pediculosis suena como algo grave, por este motivo seguramente utilizamos el lenguaje más común para denominar la infestación de estos pequeños parásitos que oficialmente se llaman pediculus humanus. Este tipo de piojo se llama humanus porque en realidad existen más de 60 clases distintas de piojos, una para cada especie de mamífero. Los pediculus humanus además se han diversificado y además de en la cabeza lo podemos encontrar en el cuerpo o en el vello corporal. Estas dos últimas subespecies no están muy extendidas y no son objeto de nuestra atención.

¿Qué sabemos de los pediculus humanus?

Son parásitos diminutos que se alimentan de la sangre humana. Viven sobre el cuero cabelludo de los humanos. El piojo adulto mide entre 1 y 4 mm. Su cuerpo es plano, con antenas y 6 patas con las que se sujetan en el pelo. No pueden saltar, ni volar. Se propagan por contacto directo.

El piojo puede vivir un mes, cada día las hembras pueden poner entre 5 y 10 huevos, así que a lo largo de su existencia puede dejarnos entre 150 y 200 huevos si no acabamos con ellos antes. Las liendres se convierten en ninfas en una semana. Las ninfas (sin sexo definido todavía) evolucionan en otra semana convirtiéndose en machos o hembras. Los machos mueren después de la cópula y las hembras pondrán huevos cada día durante 3 o 4 semanas.

¿Cuándo aparecieron los piojos?

La pediculosis no es una molestia moderna como podríamos pensar. Resulta que tenemos constancia de la existencia de estos molestos parásitos desde hace miles de años. La infestación por pediculosis ha sido documentada a lo largo de los siglos. Tanto nos ha acompañado que han evolucionado con nosotros y nos han seguido a lo largo y ancho de las rutas migratorias humanas.

Tenemos constancia de su existencia desde el Antiguo Egipto hasta en momias prehistóricas indias de América del Norte.

Desde entonces hasta ahora el método para combatirlos ha evolucionado mucho en todos los aspectos. Hemos pasado de la extracción manual uno a uno, por el periplo de las químicas varias hasta la actualidad en la que los insecticidas (permetrina) han sido substituidos por las siliconas (dimeticona) que aíslan y ahogan a los pediculus humanos y sus liendres. 😉 Más info en neositrin.es