Los piojos son unos parásitos sin capacidad de volar que habitan en el cuero cabelludo de las personas, y que se alimentan de pequeñas cantidades de sangre que extraen del cuero cabelludo.
A diferencia de otros tipos de parásitos o de insectos, no son capaces de transmitir enfermedades por lo cual no son peligrosos. Eso sí, son bastante molestos, originan picor y a veces pequeñas heridas en la cabeza que pueden infectarse.
Aunque como hemos comentado no tienen capacidad de volar, su anatomía les facilita vivir y adherirse al cabello. Miden entre 2 y 4 milímetros y son capaces de correr a gran velocidad por el cabello. El contagio más habitual es de cabeza a cabeza, por contacto directo, aunque a veces es posible compartiendo objetos que tocan la cabeza como coletas del pelo, peines o gorras. Son más frecuentes en los niños y niñas, y en situaciones de colectividad y camaradería porque son situaciones donde las cabezas se ponen en contacto. Habitualmente los adultos mantenemos un poco más la distancia personal y no nos contagiamos tan fácilmente con una excepción: cuando nos contagian nuestros propios hijos.
El ser humano es el reservorio de los piojos: no sobreviven en superficies inertes más allá de 24 horas ni tampoco en plantas o en la hierba. Tampoco habitan en el pelo de los animales domésticos.
Ciclo de los piojos
Los piojos pueden vivir una media de 33 días. Durante su vida, las hembras son capaces de poner unos 150 huevos, los que conocemos como liendres. Las liendres están situadas cerca de la raíz del pelo -que es un lugar más cálido y húmedo- y al principio son de un color amarronado y están muy adheridas. La eclosión del piojo “bebé” tiene lugar tras una semana aproximadamente. Entonces la liendre vacía adquiere un aspecto blanco anacarado. Estos piojos jóvenes son de menor tamaño y se conocen con el nombre de ninfas. Una vez se hacen adultos, inician el ciclo de reproducción y así en pocas semanas, la cantidad de piojos puede ser muy importante.
¿Cuáles son los síntomas que presentan los niños con piojos?
- Rascado: Es el síntoma más habitual. El picor está producido por la saliva de los piojos cuando pican el cuero cabelludo. De todas formas es un síntoma que puede aparecer tardíamente o ser poco evidente, dependiendo de la sensibilidad de la piel de los niños. A veces también pueden notar el movimiento de los parásitos en la cabeza, como si alguien les tocara o les hiciera “cosquillas”.
- Pequeñas heridas o llagas en el cuero cabelludo: Como consecuencia del rascado, pueden aparecer pequeñas heridas, que tienen riesgo de infectarse con las bacterias habitualmente presentes en la piel.
- Visualización de los piojos o de las liendres. Las liendres pueden confundirse con caspa. Para diferenciarlas el grado de adherencia al cabello nos va a dar la pista. Necesitaremos una buena luz para ver las liendres.
A tener en cuenta…
- La infestación por piojos es probablemente la enfermedad infecciosa más frecuente que afecta a nuestros niños en edad escolar. Desde los años 70-80 del siglo pasado ha habido un incremento progresivo de las infestaciones, siendo ahora endémicos en los colegios.
- Tener piojos no es signo de suciedad o de falta de higiene. Es una infección que puede afectar a personas de cualquier nivel socioeconómico y edad. Tampoco es más frecuente en personas de pelo largo que de pelo corto, pero obviamente en el primer caso va a resultar un poco más trabajosa la eliminación.
- Por último es útil saber que las medidas de prevención funcionan: tanto el hecho de no compartir objetos que pasen por la cabeza, llevar el pelo recogido o utilizar productos que nos ayuden a ahuyentar a los piojos así como revisar de forma habitual las cabezas de nuestros hijos.
